La felicidad desde la perspectiva de una millennial

El cambio repentino generado por el distanciamiento social, me ha hecho repensar mi vida. No estoy exagerando al decir que toda esta introspección y movilización interna ha cambiado mis prioridades de pies a cabeza. Esta actitud renovada hacia la vida, hizo que me preguntara sobre una de las generaciones más jóvenes, los millennials. ¿Cómo están resistiendo el mundo actual? ¿Cuáles son sus recursos para atravesar todos los cambios que el presente nos trae?

Como siempre digo, la adversidad puede traer a nuestras vidas grandes oportunidades con un propósito determinado, por eso debemos prestar mucha atención. Esta vez, la oportunidad llegó con la posibilidad de entrevistar a una millennial; su nombre es Martina Balado y tiene 25 años. Aunque aún es joven, su perspectiva es clara y nos acerca a una generación que vino para cambiarlo todo.

J: ¿Qué piensas sobre el mundo actual?

M: Bueno, no hay dudas de que la pandemia ha traído muchos cambios en la vida de las personas alrededor de todo el mundo; por ejemplo, los niveles de ansiedad, tristeza e impotencia han aumentado. Es comprensible que la gente se sienta aislada y asustada, todos nos vemos un poco superados por esta situación. Pero este no es el único problema al que nos enfrentamos como población mundial; no deberíamos olvidar que existen otros temas, tales como el cambio climático, la desigualdad social, la discriminación racial y de género —por mencionar algunos—, de los cuales también deberíamos estar haciéndonos cargo.

J: Ciertamente es demasiado. ¿Y cómo piensas que las personas de tu edad han manejado esas situaciones hasta ahora?

M: Creo que los niveles de incertidumbre han crecido tanto, que la gente en general hace lo que sea por tener el control de la situación. Muchos han hallado su refugio volcándose a actividades como la compra y el consumo. Pero esto no es una sorpresa, ya que nos han enseñado que las cosas materiales pueden resolver nuestros problemas y garantizar nuestra felicidad;  desafortunadamente, no es tan simple. En cuanto a las personas de mi edad, considero que hay mucha conciencia y compromiso con todo lo que está pasando afuera, pero también hay una gran cantidad de vicios que se interponen y dificultan la posibilidad de cambiar para mejor —otro asunto del cual debemos encargarnos—.

J: Estoy completamente de acuerdo contigo. Ahora quisiera saber un poco más sobre ti, ¿alguna vez te has preguntado dónde yace la felicidad?

M: Por supuesto, muchas veces. Creo que estamos acostumbrados a buscar la felicidad como si fuera algo ajeno a nosotros, como si fuera remoto, pero considero que esta es más bien una actitud hacia la vida. Luego de reflexionar un tiempo, descubrí que puedo sentir felicidad solo con prestar atención a los momentos simples de mi vida cotidiana, ni más ni menos. Sin embargo, no siempre fue así; me llevó mucho trabajo interno asimilar esto que estoy diciendo ahora, y sentirme realmente feliz y agradecida por mi vida.

J: ¿Hubo alguna experiencia o momento específico de tu vida que hizo que cambiaras de perspectiva?

M: Sí. Cuando era más joven, era extremadamente insegura y tímida, luchaba contra ello como cualquier adolescente; entonces salía todos los fines de semana con mis amigos y bebía alcohol. Era un hábito terrible y me hacía sentir realmente mal; me sentí muy perdida durante esa época de mi vida. Luego llegó la Universidad, y tuve la fortuna de encontrarme con personas increíbles que me hicieron dar cuenta de cuán valiosa era y cuanto respeto merecía. Entonces comencé a cambiar algunos hábitos y me volví consciente de lo importante que es cuidar de mi cuerpo, mi alma, y mi entorno. Ese fue el momento en el que empecé a prestar atención a todas las bendiciones de mi vida. Después de ello, todo cambió automáticamente.

J: Eso es muy conmovedor. ¿Podrías contarnos un poco más sobre esos momentos simples de tu vida diaria que tanto valoras?

M: Claro, me refería a pequeños actos como hablar por teléfono con mi familia y amigos más cercanos para ponerme al día, aunque sea solo para contarles como estuvo mi dia, porque realmente cambia mi humor. Me gusta sentir que están cerca mío, aún aunque ahora estemos físicamente lejos y separados. Los vínculos que he construído a lo largo de mi vida con mis seres queridos han sido siempre esenciales para mí, porque me han ayudado a atravesar muchas situaciones difíciles. Saber que puedo contar con ellos de la misma manera en que ellos pueden contar conmigo, hace que mi corazón se llene de alegría.

J: Previamente mencionabas la importancia que le das al cuidado de tu cuerpo como una manera de encontrar tu equilibrio, ¿cómo lo haces?

M: En primer lugar, cuando tengo tiempo, salgo a correr por el parque. Mantener mi cuerpo en movimiento y conectado con la Madre Naturaleza me enraíza; la sensación del aire fresco acariciando mi cara y los rayos del sol tocando mi piel, hacen que me sienta mucho más viva y agradecida. En segundo lugar, intento comer sano y ser consciente de los alimentos que introduzco en mi cuerpo, ya que considero que esto influenciará mi humor.

J: Eso suena muy bien. ¿Hay algo más que te gustaría añadir?

M: Sí, me gustaría compartir con ustedes el mejor hábito que tengo, agradecer. La gratitud ocupa un espacio tan grande en mi vida, que cada día me tomo unos minutos exclusivamente para agradecerle a Dios por todas las bendiciones que ha puesto en mi camino, así como para regalarme a mí misma un momento de paz. Meditar y rezar me ayudan a enfocarme en mi rutina diaria y a mantener los pies sobre la tierra.

J: ¡Muchas gracias!

Si te preguntara cuáles son esos momentos de tu vida diaria que realmente adoras y por los cuales te sientes verdaderamente feliz y agradecido, ¿qué me responderías? Te desafío a que hagas este ejercicio. Estoy dispuesta a oír tus hallazgos, ¡no dudes en compartirlos conmigo!