El valor de contemplar tu vida y sentir gratitud

Todos los que me conocen saben que vivo con gran intensidad, ya que, al ser una mujer con gran determinación, siempre he puesto mis energías en lograr mis metas. A lo largo de mi vida he tenido muchas ambiciones que me han hecho desafiarme constantemente, y como resultado, llevo un estilo de vida muy exigente y estricto. Esto me ha traído mucha satisfacción a nivel profesional, y además, me ha enseñado que cuando no tenemos equilibrio en nuestras vidas, las cosas pueden llegar a tornarse un poco complicadas.

Este último tiempo, mis días han sido increíblemente estresantes y desgastantes porque estoy atravesando muchos cambios, tanto a nivel personal como profesional. Sumado a ello, la humanidad está viviendo una situación sin precedentes que realmente nos ha hecho cuestionar y modificar prácticamente todo. En medio de este caos, era necesario que Dios me enviara una señal para poder abrir los ojos y detenerme un minuto. Y eso fue lo que pasó la semana pasada.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a mi dentista debido a la pandemia. Cuando llegué allí me enteré de que él, que ha sido mi médico desde que tenía 26 años, y a quien valoro y respeto tanto, se retira; fue literalmente como recibir una bofetada en mi cara. Mi médico me ha cuidado durante tantos años, que el anuncio me movilizó al punto de que empecé a llorar inmediatamente después de salir de su oficina. Las noticias sobre su retiro me hicieron dar cuenta de que las personas que pensaba que seguiría viendo durante muchos años, han tomado caminos diferentes, se han mudado, retirado o han pasado a una mejor vida.

Esa situación me hizo detenerme y reflexionar acerca de mi vida, de nuestro tiempo aquí, y de la gente que nos rodea. Si hay algo de lo que estoy segura después de este año tan loco, es que estoy decidida a disfrutar cada día de mi vida como si fuera el último. Los años pasan más rápido de lo que pensamos, los días vuelan, la gente envejece, y tanto nuestros seres queridos como nosotros mismos abandonaremos este mundo en algún momento.

Por lo tanto, los invito a reflexionar sobre estas palabras y a tomarse unos minutos de su día para pensar en cuánta atención han dedicado durante este tiempo a la contemplación de su entorno y a dar gracias por todas las cosas que llenan de alegría sus vidas.

Algunas preguntas para reflexionar:

  1. ¿Cuántas veces te has preocupado y estresado por problemas que tienen solución?

Es bastante común que nos sintamos abrumados por los problemas que surgen en nuestra vida diaria y que dudemos de nuestra capacidad para resolverlos eficazmente. La verdad es que la mayoría de las veces nuestros problemas tienen una solución, sólo tienes que ser lo suficientemente flexible y creativo como para escucharte a ti mismo y a aquellos que quieren ayudarte.

  1. ¿Cuántas veces has dejado de ver a tus amigos y familiares por querer terminar un trabajo?

Hoy existen plazos para todo, pero ¿cuántas veces no hemos sabido organizar nuestros horarios correctamente? O, por el contrario, ¿en cuántas ocasiones la ansiedad se ha apoderado de nosotros y nos ha impedido hacer planes, con el fin de “ahorrar tiempo” o “no perder el tiempo”? Debemos reconocer nuestros logros, tomarnos un descanso y felicitarnos, en lugar de estar pensando permanentemente en hacer más cosas.

  1. ¿Cuántas veces te has sentido desesperado por encontrar tu propósito en la vida?

A veces nos sentimos presionados porque se supone que deberíamos saber cuál es nuestra misión o propósito en el mundo, e ignoramos que tal vez despertarnos todos los días y ayudar a alguien en la calle, dar consejos amables a una persona que lo necesita, dedicar nuestro tiempo a escuchar a un amigo, o ir a trabajar y cumplir con nuestros deberes, ya es parte de ese propósito. Creemos que tener un propósito está relacionado con descubrir algún talento sobrenatural, pero la verdad es que la mayoría de las veces ya nos encontramos transitando ese camino.

  1. ¿Cuántas veces te has sentido mal y lastimado por personas que no valen la pena y por situaciones que no aportan nada bueno a tu vida?

A lo largo de nuestras vidas nos encontramos con personas que nos terminan lastimando y decepcionando, pero es nuestra elección permanecer anclados al pasado o decidir perdonarlos y dejarlos ir. Es tu vida, debes honrarla y tratar de ser feliz a toda costa. En múltiples ocasiones, eso significará entender que todos estamos haciendo lo que podemos y que todos somos propensos a cometer errores, porque nadie es perfecto. Así que los animo a perdonar a aquellos que les hayan hecho daño.

En pocas palabras, el paraíso, ese lugar aparentemente inalcanzable, está justo aquí, entre nosotros, con toda la gente que amamos y que significa algo para nosotros. La diferencia entre disfrutarlo o no, radica en la oportunidad que te das de contemplar la belleza y las bendiciones de tu vida, el valor que le das a las cosas y a las personas que te rodean, cómo te tratas a ti mismo, y qué perspectiva eliges adoptar cuando te enfrentas a las innumerables adversidades de la vida.